Un blog para la crítica respetuosa, que deja lo políticamente correcto a un lado y que denuncia y pone el acento en oponerse a aquellas actitudes y opiniones que, a juicio de su autor, no respetan la dignidad y los valores humanos. Las personas siempre son dignas de todo respeto; las opiniones, no.

viernes, 1 de febrero de 2013

Público y privado


Entre todos hemos (nos han) ido creando una conciencia en la que parece posible separar en nuestras vidas la esfera de lo público y de lo privado. ¡Cómo si uno pudiera disociarse en dos personas realmente!

Es cierto que no nos comportamos de la misma manera, dependiendo del contexto que nos rodea. Puede ser hipocresía o supervivencia, pero, en realidad, uno es como es, al completo, en cualquier caso.

Ocurre constantemente. Una profesora en Estados Unidos se dedica a enseñar en las redes sociales lo que no enseña en las aulas. Probablemente perderá el puesto de trabajo por lo que ella misma califica de broma. Y también probablemente habrá quien se pondrá de su lado argumentando que una cosa es el ejercicio de su profesión de maestra y otra cosa lo que haga en su vida privada. Claro que Twitter no es muy privado...

La cuestión, en este caso dramática para la profesora, quizá no tenga comparación con el hecho de que la ONG abortista "The Elders", que promueve a nivel mundial los "derechos reproductivos" —entre los que incluye el aborto— anunció en diciembre la contratación de la ex-secretaria general de Cáritas Internacional, Lesley-Anne Knight, como jefa ejecutiva de la organización. Uno se pregunta en manos de quién estuvo Cáritas hasta enero de 2011 cuando la Santa sede vetó a esta señora impidiéndole continuar en el cargo durante un nuevo mandato. Uno se pregunta si la vida privada y las convicciones morales no deben ser tenidas en cuenta en ciertos momentos. Uno se pregunta si es posible trabajar para una entidad católica y defender el aborto como derecho o mostrar una falta de respeto por el evangelio, la Fe, la Iglesia o sus ministros.

Uno se se pregunta, porque está harto de ver casos sangrantes, que se amparan en la profesionalidad o la no discriminación por motivos religiosos... Al césar lo que es del césar..., pero en las cosas de Dios, la ley del césar quizá no sea la aplicable. Sin renunciar a la preparación y a las aptitudes intelectuales, quizá deberían tomarse en consideración otros factores “más personales”.

Nadie es capaz de disociarse en dos. Incluso escribiendo una fórmula matemática en la pizarra, el maestro muestra parte de su estilo y forma de entender la vida.