Un blog para la crítica respetuosa, que deja lo políticamente correcto a un lado y que denuncia y pone el acento en oponerse a aquellas actitudes y opiniones que, a juicio de su autor, no respetan la dignidad y los valores humanos. Las personas siempre son dignas de todo respeto; las opiniones, no.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Inocencia perdida


Hace unos meses el gobierno presentó un proyecto de ley en el que se arbitra una medida que, como mínimo, está en el filo de lo constitucional.

Resulta que los jueces, en casos de divorcio en los que deban decidir sobre la custodia de los hijos menores, nunca podrán fallar (ni siquiera en régimen de custodia compartida) a favor del cónyuge imputado por malos tratos. Léanlo otra vez por si no se han dado cuenta —no tienen por qué conocer las “trampas” del lenguaje jurídico— o no pueden creer lo que han leído. Efectivamente dice “imputado” y no “condenado”... Aunque se nos machaque con la idea contraria, un imputado es tan inocente como un no imputado mientras un juez no le condene.

La medida, en boca del entonces vicepresidente —hoy candidato a presidente— del Gobierno, D. Alfredo Pérez Rubalcaba, se debe a que “pensamos en los niños por encima de la presunción de inocencia”.

viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Banalizan? Banalizamos


Mira que me sabe mal, porque son “de los nuestros”. Pero creo que en esta ocasión se equivocan. Al menos, en parte...

El presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, y el presidente del Instituto de Política Familiar (IPF), Eduardo Hertfelder, han atribuido el aumento de casi un 4% de las rupturas matrimoniales en 2010 —según datos del Instituto Nacional de Estadística— a leyes como la Ley de divorcio de 2005, conocida como "de divorcio exprés" que, a su juicio, banaliza el matrimonio y lo convierte en "un contrato irrelevante".

Probablemente, no les falta parte de razón, pero quizá olvidan otros factores y un punto necesario de autocrítica en el que, obviamente, no se salva ni la Iglesia.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Que no te arruinen el titular


Es conocida la frase en el mundo del periodismo: no dejes que la realidad te arruine un buen titular. Todos los medios de comunicación caen alguna vez en esta trampa. Es comprensible. Hay que llamar la atención con muy pocas palabras para que el usuario se pare a leer, a escuchar, o a mirar. El problema es que la realidad —siempre compleja e inabarcable en su totalidad— no siempre puede describirse certeramente con tan pocos vocablos.

Dicho esto, que es más explicación que justificación, hay que reconocer que en esto de proponer titulares de escándalo —e incluso noticias completas en las que uno se plantea su propia razón de ser noticiable— hay medios que destacan y se esmeran. Con ciertas temáticas, especialmente.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Manías persecutorias


A veces pienso que no tenemos remedio.

Es que das una patada en el suelo y salen hasta de debajo de las piedras. A las tonterías, me refiero. No quiero pensar en al existencia de otras oscuras razones, porque en ese caso, la tontería se transformaría en estupidez suicida. Hago notar que califico los hechos, no a las personas responsables de los mismos. Hasta el más inteligente ser humano es susceptible de hacer o decir tonterías. Y siempre he creído que las que merecen respeto son las personas, no las ideas.

El caso es que en nombre de la modernidad —o “modarnidad”, pues más parece un peldaño más en la moda recurrente a lo largo de la historia de perseguir cristianos y todo lo que suene a cristiano— al gobierno australiano no se le ha ocurrido otra cosa que proponer el cambio en los libros de texto escolares de las referencias —en las fechas— a “antes” o “después” de Cristo por “antes de la Era Común”, o “en la Era Común”.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Negar la realidad ...


... No la hace desaparecer. Antes más bien lo contrario. Es lo que le pasa a las personas que son juez y parte cuando manifiestan una opinión. No es que no tengan derecho a expresarse, ni a pensar lo que quieran. Pero es que en estos casos, suelen “no dar ni una” y, además, condenarnos a los demás a seguir sufriendo las consecuencias de su ausencia de autocrítica y visión lo más objetiva posible.

En este caso les hablo concretamente de las declaraciones de una persona, Ana Rosa Quintana, unida íntimamente a programas televisivos del corazón que, en ocasiones, derivan a lo que mucha gente denomina “tele-basura”. Y fíjense que he hecho una distinción importante: no toda la prensa llamada “del corazón” es basura, ni toda la basura en los medios habita en los programas del corazón.