Una parlamentaria inglesa ha revelado recientemente haber consumido drogas consideradas de tipo A (éxtasis, LSD, heroína, cocaína, crack, hongos alucinógenos y anfetaminas) que le han provocado daños a largo plazo y perturbado su mente. Louise Mensch, integrante hoy del Partido Conservador británico realizó aquellas prácticas cuando tenía veinte años y destaca que las drogas la convirtieron en una persona ansiosa, estresada e incapaz de ser feliz.
La sincera declaración de Mensch, publicada en el diario 'The Sunday Times', se produce después de que se viera obligada a admitir que había consumido estupefacientes mientras trabajaba como responsable de prensa en el sello discográfico EMI.
Probablemente, su testimonio pueda servir para alertar de los peligros de las drogas, y de cualquier otra fórmula que signifique buscar la felicidad fuera de uno mismo que, al final, es lo que se pretende con el consumo de estupefacientes.
No obstante, en la citada entrevista, la parlamentaria realiza una afirmación preocupante. A su entender, el consumo de drogas es “una parte natural del crecimiento”. Sinceramente, no estoy de acuerdo. Creo que no es así...
Es cierto que las drogas, en su sentido más amplio, han formado parte del crecimiento de millones de personas. Puede que de casi todos. No se escandalicen. Hay que reconocerlo. ¿O acaso cuando se fumaron el primer cigarro no lo hicieron para “ser mayores”? ¿Y la primera copa?
Probablemente es cierto que todos esos elementos, y su componente de integración y socialización, hayan formado parte de las vidas en crecimiento de casi todos nosotros. Si es eso lo que señala Louise Mensch puedo estar de acuerdo.
Pero hay un pequeño matiz. Una cosa es que algo sea común o general, y otra cosa es que sea natural. Porque en la naturaleza humana no está escrito en ninguna parte que para crecer haya que consumir drogas. Ninguna. Ni blanda, social, o del tipo que sea. Seguro que existen personas que no han consumido nunca este tipo de sustancias y seguro que crecieron y se formaron como seres humanos.
Creo que deberíamos ir con más cuidado al expresarnos porque, en el fondo, no son errores sino mensajes subliminales de lo que nuestra mente ya ha dado por válido.
En la naturaleza humana está la libertad para consumir o no hacerlo, pero podemos elegir. Siempre podemos elegir...
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