Un blog para la crítica respetuosa, que deja lo políticamente correcto a un lado y que denuncia y pone el acento en oponerse a aquellas actitudes y opiniones que, a juicio de su autor, no respetan la dignidad y los valores humanos. Las personas siempre son dignas de todo respeto; las opiniones, no.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Incrédulo


No se corten. Cada vez confío menos en algunos de mis semejantes. A veces me parece descubrir oscuras intenciones, y otras inocencia desmesurada y enfermiza. Así que hoy déjenme sembrar dudas, dejar preguntas en el aire... Un pequeño salpicón de temas.

¿Qué es más legítimo? ¿Un parlamento —y un gobierno emanado del mismo— elegido en las urnas por todo español que quiso —o no quiso— ejercer su derecho al voto hace nueve meses, o un grupo más o menos numeroso de personas que se manifiesta pidiendo su dimisión diciendo que representan al pueblo español que, desde luego, ni les ha votado ni ha realizado ningún acto de delegación explícita? No niego razones para manifestarse, ni para el cabreo, pero ¿a cuál de los dos colectivos le hemos dado un mandato de representación? Personalmente, yo no aspiro a representar a nadie que no sea a mí mismo. Y, desde luego, no me siento representado por nadie a quien no le haya hecho delegación expresa de tal cosa. ¿A ustedes no les pasa lo mismo?

¿Todo vale? Leo aquí que una joven de veinte años subasta su virginidad en Internet para construir casas para los más pobres de su pueblo. Primero porque no termino de creérmelo, sobre todo después de leer que un cineasta australiano está rodando ya un documental. Y en segundo lugar, y más importante, ¿hasta qué punto esta oferta es moralmente aceptable? No vale una respuesta fácil. De alguna manera todos vendemos nuestro tiempo, cuerpo y mente a diario por un sueldo...

¿Comercio justo? Un estudio reciente sobre el llamado “comercio justo” destaca su avance —lento, pero paulatino— al tiempo que advierte de ciertos peligros. Y es que parece ser que el reparto de la riqueza que produce tampoco es igualitario entre propietarios y trabajadores... Siempre me ha hecho gracias esto de la justicia en el comercio. ¿Qué es justo y qué es injusto? ¿Por qué es injusta la utilización de mano de obra china en alta tecnología, uno de los empleos mejor pagados en aquel país, y no la de mujeres y algunos menores en plantaciones de comercio justo? Máxime cuando real y proporcionalmente, los primeros reciben —probablemente— una remuneración muy superior a los segundos. Es más..., ¿por qué los menores a partir de cierta edad no pueden compatibilizar sus estudios con ayudar a la economía doméstica, como se ha venido haciendo —y se sigue haciendo— desde siempre en familias que han vivido del campo? No todo es explotación...

¿Quién miente? Cuando el Gobierno anunció la subida del IVA, algunas cadenas de alimentación se lanzaron rápidamente a “sacar pecho” diciendo que ellas no iban a subirlo (en ciertos productos, se entiende). Si les he de ser sinceros, ya entonces no les creí: la subida se produciría, aunque no fuera inmediata y sí gradualmente. No ha pasado ni un mes y la OCU denuncia que todos han mentido y que han subido los precios. Pero es que a éstos tampoco les creo sin matizaciones. Lo cierto es que no he hecho un estudio estadístico, pero el pan en el Mercadona de debajo de casa sigue teniendo el mismo peso y precio...

¿Mentiras que pueden ser verdades? Y para finalizar, algo que puede ser verdad o no, pero que responde a hechos ciertos. ¿Contradictorio? Les explico. Me ha llegado un correo denunciando la censura practicada por Facebook al amonestar a un misionero claretiano por publicar fotografías explícitas de la masacre —una de las muchas y continuas— perpetrada contra cristianos por parte de grupos musulmanes en Nigeria. Las matanzas son reales, sin duda: bombas, apaleamientos y hasta hombres y mujeres quemados vivos... Y sin embargo —tampoco es que haya realizado una búsqueda muy larga— he sido incapaz de encontrar al supuesto autor del artículo censurado en Facebook. Tampoco hay referencias del texto ni de las fotografías en las webs oficiales de los claretianos, y la información que he conseguido obtener de esta persona —que existe y parece que es experto en materia de pastoral vocacional juvenil— no la sitúa precisamente en Nigeria. La única referencia que he hallado al episodio que se relata en el correo se encuentra en la entrada de un blog publicado en mayo de este año. Si lo visitan, aténganse a las consecuencias: no solamente hay fotografías, sino hasta vídeos —colgado en Youtube, por cierto, y no censurado— del momento del martirio. Dicho todo lo cual, sea o no cierta la censura en Facebook, una oración por estos hermanos nuestros es lo mínimo...

Así que llámenme incrédulo. Y de verdad que lo siento, porque confiar en el ser humano es básico. Dios lo hace a diario. Él tiene más fe que yo...

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