Un blog para la crítica respetuosa, que deja lo políticamente correcto a un lado y que denuncia y pone el acento en oponerse a aquellas actitudes y opiniones que, a juicio de su autor, no respetan la dignidad y los valores humanos. Las personas siempre son dignas de todo respeto; las opiniones, no.

viernes, 15 de julio de 2011

Otra más sobre el canon


Lo que pasa cuando tanta gente opina y la polémica se hace visceral y política es que perdemos el norte, la perspectiva y hasta el sentido común. Y sobre el canon digital concurren todos estos agravantes en prácticamente todas las posiciones.

Poco a poco se ha creado una conciencia por la cual parece que el canon digital responde a una compensación por las pérdidas que ocasiona el intercambio de archivos en Internet (lo siento, pero me niego a llamar a eso piratería). De esta forma, el canon se aprecia como una justificación, como el ticket que valida que cualquiera pueda “descargar” o copiar cualquier cosa sin pagar por ello, porque ya está pagado con el canon.


Pues no. No es así. El canon responde a una idea más peregrina. Resulta que cuando usted adquiere un CD, o una canción suelta, o una película, lo que compra es el derecho a usarla (escucharla o visionarla) en el soporte físico en que lo adquirió. Y sólo en ese soporte, dirán los propietarios de los derechos de autor y sus representantes.

¡Fíjense en lo absurdo y anacrónico de este planteamiento! Para lo que está pensado el canon es para compensar al artista —y a la industria— en el caso de una persona precavida que —dado que se puede romper— adquiere un CD y hace una copia del mismo. Parece ser que esa persona debería comprar más de un CD original si quiere quedarse asegurarse frente a un extravío, robo o rotura.

Pero esto no tiene sentido. Si admitimos que con el CD adquiero el derecho de uso, si le ocurre algo al soporte físico la industria debería restablecerme en mi derecho adquirido abonando de nuevo sólo el precio del mismo (lo que vale el plástico y la estampación del CD). De otra manera, estaría pagando dos veces por adquirir el mismo derecho. No es que sea algo que no pueda hacerse, pero es estúpido. Y es injusto pretender cobrar dos veces por el mismo producto intelectual.

De la misma manera, también este canon digital sirve para el supuesto de que alguien quiere hacer una recopilación de músicas adquiridas en distintos soportes y poder escucharlas en distintos dispositivos, guardando los originales a salvo. ¿Se imaginan ustedes ir conduciendo y cambiando de CDs para reproducir sólo aquellas canciones que le gustan? ¿ven por lo que les decía lo del sentido común?

Estoy de acuerdo en que el artista cobre por su trabajo. Y que ese trabajo incluye tanto el proceso de creación, como el de grabación y los conciertos que pueda dar. Pero lo que no está tan claro es que, por adquirir ciertos productos que posibilitan la copia, deba pagarles ni un euro.

En primer lugar porque comprar un CD virgen, un grabador, un ordenador, un teléfono o un iPod no implica necesariamente que los vaya a utilizar para realizar copias privadas de materiales protegidos por derechos de autor. En segundo lugar, porque es imposible que sepan qué materiales copio en los mismos y, por tanto, a qué autores compensar. Y en tercer lugar, porque es de sentido común que si adquiero el derecho a escuchar una canción, lo hago para hacerlo dónde, cuándo y cómo quiera. ¡Faltaría más!

Por eso, cuando oigo a políticos sumarse al carro de ir contra un canon sin sentido argumentando la necesidad de sustituirlo por un sistema de compensación más justo y equitativo, tiemblo y me da la risa...

Miren, una persona trabaja y se le paga por su trabajo. Eso es lo justo. En cuanto a lo equitativo, utilicen el sentido común. Lo justo y equitativo es que uno adquiera el derecho a escuchar un sola vez y para cualquier dispositivo.

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