Un blog para la crítica respetuosa, que deja lo políticamente correcto a un lado y que denuncia y pone el acento en oponerse a aquellas actitudes y opiniones que, a juicio de su autor, no respetan la dignidad y los valores humanos. Las personas siempre son dignas de todo respeto; las opiniones, no.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Vergonzoso orgullo


Habrá quien tras leer esta entrada hoy me tachará de pro-semita, quien apoyará tal apreciación en la actuación de los judíos en los últimos 50 años, pero sinceramente me da igual. Creo que palestinos y judíos deben convivir desde el respeto, la tolerancia y la comprensión mutua. Y también creo que los palestinos musulmanes y los judíos deben dejar de acosar a las minorías cristianas en Tierra Santa.

Pero es que esta semana un grupo terrorista palestino —las Brigadas de Ezedín al Kasam, vinculadas a Hamas— ha conmemorado por todo lo alto sus 24 años de actividad, durante los cuales ellos mismos se atribuyen el asesinato de 1.365 israelíes, más de 6.000 heridos y el lanzamiento de 11.039 cohetes o proyectiles de mortero contra enclaves civiles o militares en Israel.

Fiesta grande. Miles de seguidores gritando y disparando al aire en una céntrica plaza de Gaza, y comunicado de Hamas reafirmando su opción por "todas las formas de resistencia" frente el "fracaso" de la posición negociadora con Israel, practicada por Al Fatah, el otro grupo mayoritario entre los palestinos.


La fiesta de la muerte y el odio. ¡Qué gran motivo de celebración! ¡Qué gran motivo de orgullo! ¿Pueden imaginar algo más injustificable?

No deberíamos caer en la tentación de contar muertos. Ni en señalar quién tiene más víctimas. Ni analizar las armas utilizadas. Ni entretenernos en buscar quién empezó primero. No deberíamos, porque todo ello nos desvía de la cuestión de fondo: ¿cómo puede ser motivo de orgullo y satisfacción la muerte de otro ser humano?

Podría admitir que la muerte de otro, en circunstancias especiales —legítima defensa, etc— pueda ser un mal comprensible, que no es lo mismo que justificable... Pero de ahí a vanagloriarse, a enorgullecerse, a conmemorar y celebrar todas las muertes que uno y sus amigos han causado hay un gran trecho. Un trecho que simplemente califica a quien está dispuesto a recorrerlo.

Y es que en esta caso hay algo peor que matar: ponerse la medalla por hacerlo. Como aquellos que arrastraban el cuerpo de Gadafi después de haberlo asesinado. Da igual quién fuera, cómo fuera o lo que hubiera hecho. Matar está mal. Vanagloriarse de hacerlo ya ni tiene nombre. A mí me falta, al menos.

Y si encima las muertes son indiscriminadas, sin importar las víctimas, ni quiénes eran, cómo eran o qué hacían, la felonía no parece conocer límites.

Es cierto. No todos los palestinos son así. Ni todos los judíos son extremistas incapaces de negociar y llegar a un acuerdo. Pero me temo que hay más extremistas entre los palestinos que entre los judíos. Quizá sea simplemente porque son muchos más. Quizá el porcentaje sea el mismo... Pero lo que todavía no he visto es al ejército judío, o a los representantes de su gobierno, conmemorar y vanagloriarse de la muerte indiscriminada de miles de palestinos.

Puedo mostrarme solidario con los palestinos, con la minoría cristiana especialmente. También con los judíos. No puedo alinearme con uno sólo de los bandos. Pero con quien desde luego no estoy en absoluto de acuerdo es con estos asesinos...

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