Un blog para la crítica respetuosa, que deja lo políticamente correcto a un lado y que denuncia y pone el acento en oponerse a aquellas actitudes y opiniones que, a juicio de su autor, no respetan la dignidad y los valores humanos. Las personas siempre son dignas de todo respeto; las opiniones, no.

viernes, 6 de julio de 2012

¡Cuidado con lo que deseas...!


Considera el Foro de la Familia totalmente inaceptable que el Tribunal Constitucional en España no se haya pronunciado aún sobre el recurso contra la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo (ley del aborto) cuando se acerca el segundo año de su entrada en vigor. Y tienen razón. Pero yo no tendría prisa en que el Tribunal se pronunciase.

Y es que, desde hace mucho tiempo —por se generoso y no decir desde el principio— el Tribunal Constitucional no ha sido otra cosa que un instrumento al servicio de los partidos políticos, convirtiéndose —de facto— en una forma de control parlamentario de la interpretación de las leyes que pudieran realizar los tribunales.

En este país, lo de la separación de poderes nunca terminó de estar claro. Desde la existencia de jueces y fiscales —y sus asociaciones— que abiertamente consideran su labor como políticamente no neutra, hasta las propias fórmulas de nombramiento de los magistrados. Me temo que, por encima de los tribunales de primera instancia la política ha tomado posiciones. ¡Y hay quien no lo ve mal!

Así que, con la actual composición —o descomposición— de un Tribunal Constitucional cuyos magistrados ya deberían haber sido renovados puede que hasta varias veces, casi que mejor que no se haya pronunciado sobre la Ley del Aborto. Lo que por simples cuestiones ideológicas están a favor siguen siendo mayoría.

Ahí está el problema. El Tribunal Constitucional solo debería interpretar la Constitución. Y debería hacerlo desde la forma más neutra posible, alejando de sus decisiones y votos cualquier prejuicio u opción ideológica de sus miembros. Sus magistrados no están para “escribir” una nueva Constitución. Ni siquiera para adecuarla a los nuevos tiempos. Ésa es labor del poder legislativo y, de la misma forma que los parlamentarios no deberían meterse en cuestiones judiciales, los jueces tampoco deben hacerlo en lo legislativo...

Por eso sí se muestra acertado el Foro de la Familia cuando reclama del actual Gobierno el cumplimiento de sus promesas. Las económicas, cualquier persona sabía que su cumplimiento estaba supeditado a muchos factores. Pero la derogación de la última reforma de la Ley del Aborto es de fácil cumplimiento. Basta preparar la ley y llevarla al Parlamento.

Lo peor de todo es que mientras eso ocurre, hay niños indefensos que siguen muriendo.

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